Si hablamos de juegos simuladores casuales los que más suelen conquistar son aquellos que te hacen sentirte a gusto y cozy en casa. Y si especificamos un poco más, los reyes del género son los simuladores de la vida agrícula, esos en los que te montas tu granja o aldea y de la noche a la mañana eres experta en plantas, ganado y construcción de habitáculos. Hoy hablamos de Everdream Valley, el último juego del desarrollador Mooneaters (Flame Keeper, Bang-On Balls, Arise…), que podría ser un juego más, pero tiene mucho que destacar.
El inicio en la granja
La creación de personaje es sencilla y lo mejor es que no te obliga a escoger un género o cuerpo predefinido, por lo que hay una relativa libertad entre los diseños de cara y pelo para escoger. Lo bueno es que después el catálogo de ropa se amplía y desbloquea a lo largo del juego, por lo que en lo último que te acabas fijando es en tu carita.

La historia es simple pero eficaz. Llegas a la granja de los abuelos, que está hecha un desastre, por lo que eres la encargada de arreglar ese enorme lugar que un día estuvo tan lleno de vida animal y natural. Lo bueno de su inicio es que es directo, no necesitas invertir mucho tiempo leyendo sobre la historia ni pasando diálogos aburridos: el juego va a lo que va desde el primer momento, que es a dejarte libertad en la exploración y creación. Aunque, obviamente, desde el minuto uno no puedes crear todos los instrumentos y demás, un punto a favor es que no tienes que completar cientos de misiones antes de poder acceder a algún recurso en concreto, como pasa con otros juegos estilo Animal Crossing.
Qué hacer en la granja
Como comentaba con anterioridad, desde que pones un pie en la granja no paras. Ya sea recogiendo basura, caca de vaca (literalmente) o frutos del bosque, siempre vas a estar haciendo algo. Obviamente, lo más interesante resulta la creación de lugares para los animales y cosechas, pero también hay lugar para la exploración. El mapa es enorme y, aunque parezca que la velocidad del personaje da para recorrérselo en cinco minutos, ni mucho menos. Aparte de que es necesario recargar la stamina de vez en cuando, también resulta imposible ir a un punto fijo sin detenerse antes con todas las cosas que surgen en el camino. Ya sea un viejo molino que necesita arreglo, un puente o una señal extraña… no pararás de hacer cosas. Y si hay algo que me encanta de este tipo de juegos es eso, el no parar quieta y el llevar el inventario hasta arriba siempre (algo que es buena señal, pero también síntoma de poco orden). Como prueba de que no miento, la siguiente captura la realicé tras dos horas de juego. Intenté avanzar para tener una buena idea del mapa y ni por esas pude explorar el 50% de la zona. Hasta recoger bayas se vuelve una obsesión.

Animalitos y naturaleza
Como amante de los animales y vegetariana, otro punto a favor es que este juego no te obliga a tener una granja clásica en la que los animales son para echarlos al plato después. La relación de Everdream Valley con la naturaleza es de cooperación y amor, por lo que las vacas, ovejas y gallinas nos darán sus recursos a cambio de un buen trato y una caricia. Porque sí, aquí puedes acariciar a prácticamente todos los animales (a excepción de los insectos). Además, el gato familiar será tu mejor amigo en las noches con sus minijuegos y en el día con otros más; y el perro te ayudará a pastorear y encontrar más animales que unir a tu granja. Y lo que es mejor: puedes escoger su raza (yo obviamente me quedé con el malamute porque mirad que carita, parece un osito).

La variedad de verduras, aunque no es súper amplia es más que suficiente y entretenida. No te lo dan todo servido y debes recorrer los alrededores para encontrar todo lo que tus abuelos no te proporcionen, por lo que tener un amplio huerto envidia de Andalucía se convierte en otro de los desafíos a sumar.
El sistema de construcción es muy similiar a Animal Crossing New Horizons (por poner un ejemplo popular), por lo que no hay que partirse la cabeza buscando cientos de diferentes materiales. Con esto no quiero decir que sea un juego sencillo que completes en cuatro horas, pero la facilidad de sus aspectos consigue que mantenga al jugador entretenido y obsesionado en construir vallados y demás.
En resumen…
Estamos ante un simulador de granja apto para todos los públicos, sobre todo perfecto para los más jóvenes en su versión para Nintendo Switch. No sigue un sistema rol ni de historia, por lo que hay libertad absoluta y a la vez tener en cuenta que nuestra única relación social serán los abuelos y animales. Si tengo que sacarle una pega es la limitación en algunas zonas (por ejemplo, las cercanas al mar) y la traducción al español que parece hecha algo rápida y sin correcciones.
Lo mejor
Lo peor
- Amplia exploración
- Mucho por construir una vez adquieres niveles
- Amor animal y natural
- Minijuegos
- Límites de terreno algo forzados (río, etc)
- Explicaciones ambiguas de algunos aspectos (probablemente debido a la traducción)
- Poca variedad inicial en la creación y cultivos